La importancia creciente del Amicus Curiae en la Justicia
La figura de los amigos del tribunal o Amicus Curiae es cada vez con más frecuencia utilizada por tribunales para apoyar las investigaciones. Con casos testigo, los abogados Diego Morales -director de litigio estratégico del CELS- y Darío Rodríguez Duch -especialista en temas de Derecho Indígena y causas de interés público- explicaron los pasos que ha dado el sistema judicial para incorporarlo, pero también las pautas actuales que rigen el instituto que la Corte Suprema de Justicia de la Nación utiliza asiduamente desde 2004.
El panel, organizado por el Instituto de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Neuquén, se orientó a explicar la evolución del Amicus Curiae en su corta historia. De allí el título de la exposición, "Amicus Curiae, una nueva forma de intervención en los procesos judiciales". Y si bien los antecedentes de intentos para utilizar la figura en casos de relevancia pública se remontan a mediados de la década del 90 -cuando, por ejemplo, Amnistía Internacional se presentó como amiga del tribunal en las causas por el derecho a la verdad de los familiares y víctimas de la última dictadura- ambos panelistas apuntaron a un punto de quiebre, cuando en 2004, la Corte Suprema de Justicia definió los términos en los que se debe presentar esta herramienta.
Morales detalló previo a esa definición de la Corte, hubo casos en los que, al no haber pautas claras, distintos tribunales rechazaron presentaciones de Amicus. En uno de los ejemplos se refirió al caso Kimel: en 1997 se condenó al periodista Eduardo Kimel a un año de prisión en suspenso y a una multa de 20.000 pesos por calumnia contra el juez Guillermo Rivarola. Tanto Rivarola como Kimel investigaron el asesinato de tres sacerdotes y dos seminaristas palotinos en una iglesia de Belgrano el 4 de julio de 1976. La causa que instruyó Rivarola no llegó a determinar quién asesinó a los religiosos, pero en el libro "La masacre de San Patricio", Kimel sostuvo que el juez no tomó en cuenta "elementos decisivos para la elucidación del asesinato" porque "la evidencia de que la orden del crimen había partido de la entraña del poder militar paralizó la pesquisa". En ese caso, el CELS se presentó como amigo del tribunal, pero fue rechazado porque la causa, se argumentó, era una "acción entre partes" y, por lo tanto, no revestía de interés público.
Morales aclaró que es a partir de esa causa que recientemente se reformó el delito de calumnias e injurias en el Congreso Nacional.
No obstante, el punto de inflexión que marcaron los dos profesionales es una acordada de la Corte Suprema que, en 2004, definió las pautas a seguir para la presentación de un Amicus Curiae. En resumen, estableció que quien lo presente no debe ser parte del proceso y debe acreditar experiencia en el tema, además de otras especificaciones generales.
"Con todos estos avances, es posible ya que el Amicus termine siendo un asesor del tribunal", concluyó tras dar otros ejemplos el referente del CELS, quien destacó la relación de este instituto con las audiencias públicas en favor de la democratización del proceso.
Rodríguez Duch se refirió a dos casos que en Río Negro marcaron el camino del Amicus Curiae. El primero, que una presentación relacionada con el derecho indígena en la que se rechazó un Amicus, pero que al mismo tiempo definió las reglas para que en un futuro, cumpliendo mínimos requisitos de formalidad, una iniciativa similar pudiera prosperar. Dio pie así al segundo caso, en 2005, cuando en una denuncia por abuso a una menor en Bariloche, el acusado apeló un fallo de primera instancia que lo condenó. Cuatro años después del hecho, en un segundo juicio, la menor fue nuevamente llevada a tribunales y, a partir de una contradicción menor, los fiscales retiraron la acusación. Justamente fue a partir de un Amicus Curiae respaldado por decenas de organizaciones logró levantar el caso ante el Tribunal Superior de Justicia.
Se adjuntan los audios y videos del encuentro.
Comentarios
Enviar un comentario nuevo